jueves, 22 de octubre de 2015

PURIFICACIÓN DEL CENTRO EMOCIONAL

PURIFICACIÓN DEL CENTRO EMOCIONAL
Por: Maurice Nicoll

Un hombre no puede adelantar ni un solo paso en su desarrollo a menos que empiece a observar y luchar contra las emociones malas o emociones negativas.

Todas las malas emociones —esto es, todas las emociones negativas— son inútiles.

Cada una lleva su propio veneno.

En el fondo de todas esas emociones se agazapan la violencia y la adoración de sí.

El Centro Emocional, que deberá transmitirnos las influencias del Trabajo casi continuamente, salvo durante breves períodos que hemos de soportar, no lo puede hacer si estamos dominados por emociones malas.

Si el Centro Emocional no produce otra cosa que estados negativos, si nos nutre continuamente con diferentes combinaciones de esos estados negativos, se opone a cualquier posible crecimiento de Ser de lo cual de otro modo seriamos capaces.

Conviene hacer una lista de las emociones negativas.

En esa lista se puede incluir los diversos estados de depresión, las distintas clases de auto-compasión, las variadas clases de resentimiento persistente, del sentimiento de no ser bien tratado, y también es preciso incluir las muchas clases de odio, las muchas formas desagradables de la satisfacción de sí y del desprecio de los otros, y en especial se ha de incluir el sentimiento de merecimiento, la menos limpia de todas las emociones y una que tal vez cierra el camino a todas las influencias de los Centros Superiores más que cualquier otra emoción.

En el Trabajo se hace especial hincapié en la purificación del Centro Emocional.

EL SABOR INTERIOR………

Les recuerdo aquí que si bien es útil hacer una lista de las emociones negativas, tanto las que se han observado en las otras gentes como las que se han observado en uno mismo, la única cosa que nos puede decir en qué momento somos negativos es la facultad que el trabajo denomina sabor interior.

Cabe considerarlo como el comienzo de la Conciencia Real.

Durante mucho tiempo la gente goza de sus estados negativos, goza del sabor de dichos estados.

A veces pasan muchos años antes que a una persona le disguste ser negativa, aunque sea ligeramente.

Entonces empieza a saborearlos —a conocer el sabor de los Estados negativos— y así a reconocerlos- por ese órgano interior del sabor que no está volcado hacia la vida exterior sino hacia nuestro propio mundo interior.

Algunas emociones negativas son muy maliciosas: tienen un sabor muy pronunciado: conviene reconocerlas y arrancarlas de cualquier justificación de sí que las cubre y ver así qué son en realidad.

La vida emocional de un hombre queda completamente destruida por la presencia de estas diversas formas de emoción negativa.

¿Cómo se puede esperar de gentes que desde su primera niñez han imitado y absorbido toda clase de emociones negativas el entablar amistad?

Lo extraordinario es que a veces la gente se forja maravillosas imágenes de sí a este respecto.

Se imaginan que son amables y tolerantes, de trato fácil, bondadosas y magnánimas, etc.

Lo que no ven es que bajo todas esas cosas hay gran cantidad de emociones negativas, mucha charla interior, no sólo en ellas mismas sino también en la persona con quien creen estar en tan buenas relaciones.

Creo que esto explica las extrañas expresiones que a veces se ven en la cara de la gente.

En otras palabras, tales gentes creen que pueden hacer, y se atribuyen todo el mérito a sí mismas. No, es preciso confrontarse a sí mismo con mucha más sinceridad y no dejar nuestra vida emocional en la oscuridad.

Los estados negativos surgen mecánicamente, provocados directa o indirectamente por alguna circunstancia exterior, por algo que se dijo o no por algún incidente trivial.

El Sr. Ouspensky nos dijo una vez dos cosas sobre las emociones negativas que me sorprendieron mucho en aquel momento.

Dijo que la gente si tiene que hacer frente a una grave crisis, por lo general no es negativa. Sólo las cosas sin importancia de la vida son las que ponen de manifiesto los estados negativos.

La otra cosa que dijo es que lo que nos irrita en las otras personas es por lo general su mecanicidad.

Al menos lo mencionó como una fuente de estados negativos.

Dijo que olvidamos que las gentes son máquinas y hacen y dicen constantemente las mismas cosas y se comportan de la misma manera y expresan los mismos pensamientos, pero que no nos damos cuenta sobre todo que nosotros mismos somos máquinas y que nuestra reacción de irritación es tan mecánica como la cosa que en la otra persona la puso de manifiesto.

Ver a otra persona como una máquina no es suficiente. Porque entonces sólo se ve un lado de la cuestión.

Es preciso darse cuenta de la propia mecanicidad.

¿Qué significa darse cuenta de la propia mecanicidad?

Significa un largo y continuo esfuerzo sobre sí y un constante acrecentamiento de la memoria de Trabajo, es decir, la memoria especial que empieza a formarse en nosotros por medio de una observación de sí imparcial, casi podría decirse, una observación impersonal de uno mismo por uno mismo.

Entonces se logran instantes reales de comprensión de la propia mecanicidad, de qué clase de máquina es uno.

Esos destellos que permiten darse cuenta de la propia mecanicidad directamente y no en teoría, esos momentos en que se ve de hecho que uno se ha comportado de esa manera muchas veces antes, son en realidad momentos de Recuerdo de Sí.

Algo se desprende de la máquina y está fuera de la máquina, y es exactamente ese estar fuera de la máquina por un momento que procura el sentimiento de Recuerdo de Sí y que en verdad nos da un ligero sabor del ser.

Es un momento de plena observación y que somos conscientes en el lado observante que está examinando la máquina con la cual de costumbre estamos completamente identificados.

Con todo, como es sabido, el lado observante, que es formado por el Trabajo y sus ideas, es el comienzo de la senda vertical que nos conduce al ser.

Ahora bien, para regresar a las emociones negativas: las emociones negativas son desde luego mecánicas.

Son parte de nuestra maquina tal como es, la que es a veces llamada nuestra sucia máquina.

Nuestra tarea estriba en limpiar esta máquina sucia, y la parte más sucia de la máquina es la parte negativa del Centro Emocional que hemos adquirido por imitación y con la cual no hemos nacido esencialmente.

Tal como lo señaló el Sr. Ouspensky, si hubiéramos nacido con la parte negativa del Centro Emocional no tendríamos probabilidad alguna de separarnos de ella.

Si fuera una parte inherente a nuestra maquinaria psicológica no podríamos arrancarla de nuestra persona.

Las emociones negativas son adquiridas y son completamente inútiles, mientras que todo aquello con lo cual fuimos creados es útil.

Este es el punto que es preciso recordar constantemente.

Son hasta peores que inútiles porque absorben y extraen gran parte de nuestra fuerza ordinaria.

Todas las transformaciones más finas de los tres alimentos —alimento común, aire e impresiones— son continuamente interrumpidas y destruidas o mal hechas por la acción de la parte negativa del Centro Emocional.

Intente ver por sí mismo y por una observación directa cómo un estado negativo le extrae su fuerza e intente ver qué sucede cuando, habiendo observado su condición, trata sinceramente de separarse de ese estado por razones que son de su incumbencia y no por amor a las felicitaciones o al mérito.

Si lo hace correctamente sentirá un choque, experimentará la sensación de haber escapado repentinamente a algo maligno, a algo que no se daba cuenta que era maligno.

Entonces comprenderá por que se dice que podemos descubrir la presencia de los estados negativos por medio del sabor interior.

Por cierto se puede ver el estado negativo del cual se ha escapado porque dicho estado negativo está literalmente debajo de uno en un nivel inferior en tales momentos.

Maurice Nicoll


miércoles, 14 de octubre de 2015

CONOCIMIENTO EMOCIONAL

CONOCIMIENTO EMOCIONAL
Por: samael aun weor

Nosotros necesitamos estudiar la Gnosis profundamente; para eso están los libros, para eso las conferencias, etc; pero no basta la simple lectura de las obras, hay que ir más lejos, hermanos...
                                    
No hay duda de que en principio se necesita leer, escuchar las grabaciones, concurrir a las clases, tomar notas en nuestras libretas o cuadernos y aprender eso de memoria; la memoria es el principio formativo, pero no es todo.

Si le confiáramos siempre todo a la memoria, a la larga de nada nos serviría, porque la memoria es infiel en un ciento por ciento; lo que se confía a la memoria, tarde o temprano se pierde.

Si queremos verdaderamente aprovechar estas enseñanzas, se necesita depositar estos conocimientos en la conciencia, eso es obvio.

En principio no niego que necesitemos de la facultad formativa, es decir, de la memoria, mas allí no se debe quedar el conocimiento.

Cuando nosotros mediante la meditación tratamos de conocer el sentido íntimo de aquello que hemos depositado en la memoria, entonces tales conocimientos allí depositados, pasan a partes superiores del centro intelectual, y si tratamos de ser más conscientes de la enseñanza, al fin sucederá que dicho conocimiento será definitivamente absorbido por el centro emocional, que ya no es intelectual (debemos distinguir entre el centro emocional y el centro intelectual).

Cuando el conocimiento se ha vuelto emocional, cuando ha sido depositado en el centro emocional, se absorbe por último en la esencia, es decir, en la conciencia, y el conocimiento que se vuelve conciencia no se pierde jamás, ni con la muerte del cuerpo físico, porque al retornar lo traemos en la conciencia.

Más, lo que se deposita en la memoria exclusivamente, tarde o temprano se pierde; por ese motivo, mis caros hermanos, es aconsejable que el conocimiento se deposite en la conciencia...

Primero hay que estudiar; luego, depositar toda la información en el centro formativo (memoria); luego tratar de capturar, de aprehender el sentido íntimo de eso que hemos depositado en la memoria.

Cuando lo hacemos, le sentimos a tal conocimiento, algo dijéramos SENTIMENTAL O EMOTIVO O EMOCIONAL para ser más claros, porque pasa entonces a la parte emocional del centro intelectual, es decir, sale de la memoria y pasa a la parte emocional del centro intelectual.

Más si insistimos en tratar de aprehender o capturar lo esencial del conocimiento, se volverá emoción, emoción vívida, pasará dijéramos al centro emocional, y nuevas meditaciones harán que se torne consciente; esto sucederá cuando al fin el conocimiento emocional se sumerja en la esencia, en la conciencia.

Ese es, pues, el proceso por el cual tiene que pasar el conocimiento, a fin de que se torne consciente...

Las gentes comunes y corrientes viven atrapadas por los sentidos externos; sin embargo, hay gentes que ya tienen establecidas, en sí mismas, un centro de gravedad permanente; son aquellas personas que en vidas anteriores estuvieron en estos estudios; esas personas buscarán la enseñanza, la anhelarán, sentirán que más allá del mundo de los sentidos hay algo, y no se equivocan.

P.- Maestro nos ha explicado usted el proceso por el cual debe pasar el conocimiento, a fin de que éste se torne consciente. Mi pregunta es: ¿la naturaleza de la verdad es de carácter emocional o es de carácter instintivo?

Maestro. La verdad es algo que no se puede definir, porque si se define se desfigura.

Pero sí podemos decir nosotros que los pasos para que el conocimiento se vuelva consciente, se hallan trazados de la siguiente forma: primero se estudia, para que luego el conocimiento quede depositado en la memoria.

Segundo paso, se medita con la intención de aprehender el hondo significado del conocimiento depositado en la memoria; cuando eso sucede, el conocimiento, mediante la meditación, pasa a la parte emocional del centro intelectual, y esto hay que explicarlo...

El centro intelectual tiene tres partes: la parte intelectual superior, la parte emocional y la parte motora.

Diríamos que el conocimiento pasa a la parte emocional del centro intelectual; entonces comenzamos a sentirle cierto sabor a aquello que hemos depositado en la memoria.

En un estadio más avanzado de la meditación, aquel conocimiento ya abandona definitivamente el centro intelectual, para quedar depositado, estrictamente, dentro del centro emocional y ulteriormente, mediante la técnica de la meditación, logramos que al fin pase el conocimiento del centro emocional a la esencia.

En la Esencia, pues, queda depositado el tal conocimiento, es decir, la verdad o las verdades que podamos llevar a la Esencia; para hablar más claro, tienen un sabor más bien emocional (mas no hablo de emociones inferiores, sino de emociones de tipo superior).

La emoción superior permite a cualquier verdad pasar a la esencia, donde viene a quedar depositada.

samael aun weor


EL SENTIMIENTO DE YO

EL SENTIMIENTO DE YO
Por: Maurice Nicoll

A medida que una persona se vuelve más consciente de lo que era hasta ahora la calidad de su vida, se pregunta cómo pudo haber colocado su senti­miento de Yo en las cosas donde antes lo colocaba.
                                      
¿Cómo se identificaba con ellas de esa manera?

Ve con creciente claridad que si no hubiese colo­cado el sentimiento de Yo donde lo situaba, habría evitado algunas de las cosas que no pudo evitar.

Empezó, como podemos verlo, a colocar el Yo en algo.

Reflexiona —ahora que lo ve más claramente— y dice:

"¿Por qué coloqué mi sentimiento de Yo en eso?"

Dice que es porque se está volviendo más consciente y ve mejor.

No dice: "¿Por qué hice eso?" como suele decir la gente.

Lo dice de una manera diferente porque ha comenzado a comprender algo que antes no comprendía.

Cualquiera sea la cosa que hizo, la hizo porque colocó su sentimiento dentro de "ello".

Si hubiese estado despierta no habría permitido que el sentimiento de Yo siguiera ese rumbo.

No habría hecho lo que hizo.

Se da cuenta que en ese momento de sueño no veía conexión alguna entre el sentimiento de Yo y lo que hacía.

No estaba percibido claramente el sentimiento de Yo.

Puede que se diera cuenta de lo que hizo, en especial después de haberlo hecho.

Pero no se dio cuenta que lo hizo porque permitió que el sentimiento de Yo pasara adentro de “ello”.

Dejamos que el sentimiento de Yo pase adentro de toda clase de cosas y no nos damos cuenta de lo que estamos haciendo.

Es como firmar cheque tras cheque sin fijarnos para quien los firmamos.

A este respecto nuestro descuido es increíble.

Arrojamos el sentimiento de Yo en todas direcciones en vez de guardarlo.

Sucede lo mismo con los pensamientos prescindiendo de las acciones.

El pensamiento de que alguien está mintiendo se me viene a la mente.

Coloco el sentimiento de Yo dentro de ello.

Luego creo que es verdad.

He firmado el cheque.

Ahora bien, el pensamiento se me puede ocurrir.

Esta es una cosa.

PERO COLOCAR EL SENTI­MIENTO DE YO DENTRO DE ELLO ES OTRA COSA MUY DISTINTA Y LOS RESULTADOS SON MUY DIFERENTES.

Si una persona siempre pone el sentimiento de Yo dentro de pensa­mientos dudosos y desagradables se verá rodeada y cercada por ellos y todos afirmará que son sus hijos mentales.

Todos padecen, si bien muchas veces sin enterarse de ello, al colocar el sentimiento de Yo dentro de pensamientos que no son verídicos.

Las emociones negativas siempre dan origen a men­tiras.

Es preciso no poner el sentimiento de Yo en ellas.

Si no lo hace, pasarán y desaparecerán.

Lo mismo puede aplicarse a las sensaciones.

Si se pone el sentimiento de Yo en una sensación, se la intensifica.

Cuando el Tra­bajo se refiere a la separación, significa extirpar el sentimiento de Yo.

Nuevamente, ocurre lo mismo con un evento dado o una experiencia.

Uno puede identificarse, recibirlo personalmente y poner en “ello” el sentimiento de Yo.

Trate de leer un libro y observar una película o un partido sin poner el sentimiento de Yo dentro de “ello”.

Si siempre pone el sentimiento de Yo dentro de esto, aquello y lo otro, nunca será capaz de recordarse a sí mismo.

Para recordarse a sí mismo es preciso SACAR EL SENTIMIENTO DE YO de las cosas, nego­cios, objetos, adornos, pensamientos, estados de ánimo, apetitos, vanidades de vida y otras añagazas ideadas para mantenernos dormidos.

EL SENTIMIENTO DE YO ES ALGO MUY PRECIOSO.

Es "espíritu" pero está enredado con materia grosera.

Hay que examinar lo que se pone dentro de “ello”.

Maurice Nicoll


EMOCIONES PURAS E IMPURAS

EMOCIONES PURAS E IMPURAS

No obstante, hay realmente emociones puras e impuras.

Todos sabemos bien que hay verdad en esta división.

¿Dónde está, pues? ¿Qué significa?
                                          
Un examen de las emociones desde el punto de vista del conocimiento sólo podrá dar una clave de este problema.

UNA EMOCIÓN IMPURA………

Una emoción impura es exactamente lo mismo que un vidrio sucio, agua sucia o un sonido impuro, o sea, una emoción que no es pura, que contiene materia extraña o un sedimento, o es la repercusión de otras emociones; que es impura-mixta.

Una emoción impura da un conocimiento oscuro, no puro, tal como un vidrio sucio da una imagen confusa.

UNA EMOCIÓN PURA………

Una emoción pura da una imagen clara y pura del conocimiento que se proyecta transmitir.

Esta es la única solución posible del problema.

El obstáculo principal que nos impide llegar a esta solución es la habitual tendencia moral que dividió a las emociones, apriori, en "morales" e "inmorales".

Pero si, por un momento, tratamos de desechar el habitual sistema moral, veremos que la cuestión es mucho más sencilla, que no hay emociones impuras en su naturaleza, y que cadaemoción puede ser pura o impura según contenga una mezcla de otras emociones o no.

Puede existir sensualidad pura, la sensualidad del "Cantar de los Cantares" que se transforma en la sensación de la vida cósmica y nos permite oír el acompasado latido de la Naturaleza.

Y puede existir sensualidad, mezclada con otras emociones, buenas o malas desde el punto de vista moral, pero que igualmente tornan turbulenta a la sensualidad.

Puede existir simpatía pura, y simpatía mezclada con cálculo para recibir algo a cambio de la nuestra.

Puede existir el deseo puro de conocer, una sed de conocimiento por el conocimiento mismo, y puede existir una búsqueda de conocimiento inducida por consideraciones debeneficio y ganancia que han de derivar de este conocimiento.

En sus manifestaciones externas, las emociones puras e impuras pueden diferir muy poco.

Todos los hombres pueden jugar ajedrez y parecerse mucho en su conducta externa, pero uno puede ser impulsado por la ambición, el deseo de victoria, y estará lleno de diferentes sentimientos desagradables hacia su oponente: aprensión, envidia por un movimiento inteligente, disgusto, celos, animosidad o goce anticipado por su triunfo; pero el otro puede simplemente tratar de resolver el complicado problema matemático que se le presenta, sin pensar para nada en su rival.

La emoción del primero será impura porque está demasiado mezclada.

La emoción del segundo será pura.

Por supuesto, lo que esto significa es perfectamente evidente.

Ejemplos de tal división de emociones similares en lo externo pueden verse constantemente en las actividades artísticas, literarias, científicas, sociales y hasta espirituales y religiosas de los hombres.

En todos los dominios, sólo la victoria completa sobre el elemento personal conduce al hombre a un correcto conocimiento del mundo y de sí mismo.

Todas las emociones matizadas por el elemento personal semejan vidrios cóncavos, convexos o distorsionantes que refractan incorrectamente los rayos y de tal manera deforman la imagen del mundo.

EL CONOCIMIENTO EMOCIONAL………

El problema del conocimiento emocional consiste, pues, en una correspondiente preparación de las emociones que sirven de instrumentos del conocimiento.

"Sed como niños..." y "Bienaventurados los puros de corazón..." Estas palabras de los
Evangelios hablan, primero que todo, acerca de la purificación de las emociones.

Es imposible conocer correctamente a través de las emociones impuras.

EL TRABAJO DE PURIFICACIÓN Y ELEVACIÓN DE LAS EMOCIONES………

En consecuencia, en bien de un conocimiento correcto del mundo y de uno mismo, debe proseguir en el hombre el trabajo de purificación y elevación de las emociones.

Esto último nos aporta una visión totalmente nueva de lamoralidad.

La moralidad, cuyo objetivo consiste precisamente en establecer un sistema de correcta relación con las emociones y en ayudar a su purificación y elevación, cesa de ser a nuestros ojos un ejercicio tedioso y autónomo de la virtud.

ouspensky


CUANDO LA NECESIDAD SE VUELVE CONSCIENTE

CUANDO LA NECESIDAD SE VUELVE CONSCIENTE

"LA ÚNICA FUERZA QUE PODRÍA CAMBIAR ALGO APARECE CUANDO LA NECESIDAD SE VUELVE CONSCIENTE".

Cuando siento la energía que anima mi cuerpo, MI PENSAMIENTO
 se relaciona con él; se establece entonces una especie de equilibrio, pero eso no es suficiente.

Mientras MI SENTIMIENTO no se abra, no estará realmente vivo.

Empiezo a tener EL DESEO DE SER Y DE SENTIRME COMO UN TODO, pero
 estoy todo el tiempo confrontado con la fuerza de mi automatismo.

EL MOVIMIENTO DE UNIDAD Y EL MOVIMIENTO DE FRAGMENTACIÓN………

Por una parte está el movimiento de unidad que me abre a una nueva percepción y por la otra el movimiento inexorable de fragmentación.

Esa confrontación llama en mí una fuerza insospechada, una atención que de otra manera nunca tendría la necesidad de aparecer.

Esa atención conduce al momento de conciencia, es el fuego que opera la fusión de fuerzas, la transformación.

El esfuerzo para tomar conciencia de esos dos movimientos exige a la vez una actividad mayor a mi atención.

Ese esfuerzo la despierta, despierta una fuerza adormecida.

Mi atención es completamente movilizada, concentrada al mismo tiempo en los centros superiores y en los inferiores, en el funcionamiento de toda mi presencia.

Esto depende del sentimiento de ser, un nuevo sentimiento que aparece.

Así, el recuerdo es ante todo el recuerdo de esa otra posibilidad, la búsqueda de una fuerza más activa en mí mismo.

Quiero conocer, quiero ser.

Necesito comprender lo que es necesario para un cambio de ser, que no puedo llegar a nada sin la ayuda de los centros superiores.

En el estado habitual sólo tenemos acceso a la mente ordinaria, que no tiene la energía necesaria.

Comprenderíamos más si pudiéramos tener un mayor sentimiento hacia nuestro estado, hacia el hecho de que no oímos el llamado de los centros superiores, no los escuchamos.

Para que mi ser cambie, tengo que comprender mi estado CON EL SENTIMIENTO.

Pienso que comprendo mi estado, pero mi sentimiento no está concernido.

Ese pensamiento es pasivo.

¡No hay la visión que podría penetrar y permitir UNA PERCEPCIÓN DEL HECHO REAL.

No hay una energía capaz de ENTRAR EN CONTACTO CON EL HECHO.

Entonces, o busco pasar más allá de los movimientos de mi pensamiento y de mi emoción, o me topo con lo que me aprisiona sin poder salir de allí.

No he entendido del todo mi propia realidad y el hecho no tiene ninguna acción sobre mí.

Estoy aquí: pienso, siento, experimento.

O bien mi atención se retira bruscamente y siento una impresión de calma, soy tranquilizado, consolado.

Pero algo en mí se volvió pasivo y el movimiento que va a seguir no va a nacer de un conocimiento, sino del deseo de retener lo que experimento y afirmo o niego.

No veo la necesidad de una energía que no sea contaminada ni por mis pensamientos ni por mis emociones, una energía capaz de penetrar la acción de lo que se le opone.

CUANDO LA NECESIDAD SE VUELVE CONSCIENTE………

La única fuerza que podría cambiar algo aparece CUANDO LA NECESIDAD SE VUELVE CONSCIENTE.

Estoy insatisfecho, y no tengo nada en mí que sepa.

No es una inquietud, es un hecho.

Soy TOCADO por ese hecho y aparece el sentido de una urgencia.

Me siento concernido.

Me comprometo en ese acto de ver; entonces emerge una energía que pertenece al acto cuando es puro.

Es la aparición de algo real.

Ser consciente de sí mismo quiere decir ser consciente de la impresión que es recibida.

En el momento de conciencia, lo que ve y lo que es visto se funden en uno solo, un sentimiento puro.

Nace una energía no contaminada y me es absolutamente necesario seguir.

Sin esto nunca sabré lo que es verdad, nunca entraré en un mundo que es enteramente nuevo.

Jeanne de Salzmann